Sobre la ciudad de Barcelona, al pie del Tibidado, se encuentra un pequeño refugio, que permite desconectar del estrés y del ajetreo y bullicio de la vida cotidiana de la metrópoli.
Desde los tiempos de el Antiguo Imperio Romano, las personas conocen los beneficios que aporta la acción de la naturaleza sobre el cuerpo humano. En aquellos tiempos, el epítome de una residencia ideal era la ‘Villae urbanae’ con sus fantásticos jardines.
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Asimismo, desde que se recuerda, las personas han intentado construir su propio ‘paraiso artificial’, un refugio que sirviera como fuente de inspiración o tan solo para impresionar a sus semejantes.
Los mejores arquitectos se esforzaban en crear la vivienda ideal, armonizada en un entorno adecuado, como Palladio con su ‘Villa Rotonda’:
El lugar es lo más agradable y encantador que se pudiera encontrar, porque está en una pequeña colina de fácil acceso y está bordeado por un lado por un […] río, y por el otro circundado por un agradable serie de montículos que parece un gran teatro y que están cultivados con excelentes frutas y exquisitos viñedos y por ello, como goza de todas partes de las más hermosas vistas, algunas de las cuales están limitadas, otras más extendidas, y otras que terminan en el horizonte, […]
Isaac Ware, The Four Books of Palladio’s Architecture, London, 1738, p. 41
Otro enfoque para este tema lo encontramos en un arquitecto más reciente: ‘Le Corbusier’ – quién describió su Villa Savoye de una manera más dinámica, pero no menos poética:
Le site: une vaste pelouse bombée en dôme aplati […]. La maison est une boîte en l’air […] au milieu des prairies dominant le verger […] Le plan est pur […] Il à sa juste place dans l’agreste paysage de Poissy […]. Les habitants, venus ici parce que cette champagne agreste était belle avec sa vie de champagne, ils la contempleront, maintenue intacte, du haut de leur jardin suspendu ou des quatre faces de leurs fenêtres en longueur. Leur vie domestique sera inserée dans un rêve virgilien.
Le Corbusier, Précisions sur un état présent de lárchitecture et de l’urbanisme, Paris, 1930, pp. 136-38
Basándonos en estos fascinantes conceptos nos inspiramos para proyectar esta Villa Mediterránea.
Al igual que un telescopio, la casa se centra en la maravillosa vista del centro de Barcelona y la costa mediterránea. Las áreas privadas están situadas en la parte trasera de la vivienda enclavadas hacia la montaña. Un ángulo agudo representa el límite de los espacios comunes, así como una sala de estar, enmarcando una estupenda vista hacia el mar, y a la vez actuando como un hito visual de la inconformista villa.
Teniendo en cuenta el concepto de un “jardín cerrado”, con especial atención a la Villa Savoye de Le Corbusier realizamos la organización de todo el emplazamiento. Es interesante como su descripción encaja en la idea de un Jardín Mediterráneo.
A modo de homenaje al maestro francés reproducimos su ‘Cabanon’ de Cap St Martin en la terraza superior como un pequeño escondite. Por lo tanto, esto proporciona otra posibilidad para el recogimiento personal, de forma que tan pronto como se cruza la puerta, uno se ve envuelto en un tranquilo y sonoro silencia tan apreciado por el maestro francés de la arquitectura.
Proyecto: CID Llongueras / Arquitecto: Wortmann Architects / Construcción: 1988-1994